Paul Nougé, A
New Way of Juggling, 1929
En las obras de Kafka se
encuentra por todas partes indicios de que sentía un vago horror ante las
incipientes mutaciones de la humanidad al comenzar la era de la reproducción
técnica, con las que sin duda veía el fin del individuo autónomo formado por la
cultura burguesa. (…)
Toda la técnica de la copia fotográfica se basa en definitiva en el principio
de la duplicación totalmente fiel al modelo o, mejor, de una reproducción
totalmente infinita. (…)
Y como la copia duraba aún cuando lo copiado había desaparecido hacía tiempo,
era fácil sospechar incómodamente que lo copiado, el hombre y la naturaleza,
tenía menor grado de autenticidad que la copia, que ésta dejaba sin contenido
al original, lo mismo que se dice que quien encuentra a su doble se siente
aniquilado.”
(W.G. Sebald) En Campo Santo
“Las observaciones que
hizo Kafka sobre la fotografía permiten deducir que, para él, esa reproducción
de la vida era algo inquietante. Friedrich Thieberger, por ejemplo, recuerda
que, cuando llevaba un pesado cajón para hacer ampliaciones fotográficas,
encontró un día a Kafka en la calle. “¿Hace
usted fotografías?”, escribe Thieberger que le preguntó Kafka con sorpresa,
y que añadió: “En realidad es algo
siniestro” y luego, tras una breve pausa, dijo: “¡Y además las amplía!”.
Paul Nougé, Les oiseaux vous poursuivent. 1929-1930
¿Y si pensamos en la pintura?
“Si pensamos en la pintura, el primer juicio sobre
la pintura nueva, la de los impresionistas, por ejemplo, fue que no sabían
pintar.
Y se trataba de un juicio experto, con él se
expresaban los entendidos. La pintura para ellos era algo concreto, sólido, que
exigía una formación determinada, no era sólo pintarrajear lienzos; el que no
dominaba ese algo concreto, que muchos habían practicado en el pasado, no sabía
simplemente pintar. Los impresionistas respondieron a esta injuria con otra
injuria: las buenas gentes que no entendían sus cuadros no sabían ver. La
polémica duró un tiempo, y los impresionistas, al llegar a viejos, tuvieron
ocasión de conocer obras de gente de la que sólo podían decir que no tenían ni
idea de la pintura.
Por fin este juego se generalizó tanto que los más
tontos empezaron a especular con la pintura y sólo compraban los cuadros que no
les gustaban porque estaba claro que tenían futuro. No todos los movimientos
del arte tienen una fase popular, pero todos tienen una impopular. No todos los
movimientos del arte tienen una fase impopular, pero algunos tienen una que
luego se hace muy popular. No todo lo que proviene del pueblo y se dirige al
pueblo es igualmente popular. Éstas son verdades de Pero Grullo a las que no se
les puede oponer nada.”
Brecht (Bertolt)
Pero la vida se cuela como "El viento sopla por doquiera, surge de todas
las rendijas" que diría Coetzee, y leo lo que cuenta Soma Morgenstern en Sobre Alban Berg y sus ídolos, una historia de furúnculos que si no fuera cierta merecería hincarle el diente para una ficción.
"Alban Berg amanece un día con un
forúnculo en el culo, es muy molesto pero no le da gran importancia, en esos
tiempos está muy deprimido, su música ha sido calificada por los nazis, ya en
el poder, como “arte degenerado al servicio de la causa bolchevique “ sus obras
ya no se representan en ninguna sala de conciertos y su casa de discos alemana
tampoco le paga royalties, su fuente habitual de ingresos deja de manar, esta
casi en la ruina, aunque no pasa hambre. Y eso que él no es judío (tuvo que
rellenar unos impresos para demostrar su origen ario) y su mujer, Helene, ya
termina sus cartas con un Heil Hitler ¡¡
Volvamos al forúnculo: Cierto día la forúnculosis que padece Berg se manifiesta
en un superforúnculo (en el mismo) y su mujer Helene, cuya extrema tacañería
era bien conocida por todos, decidió que Berg no fuese atendido por ningún
médico a pesar de tener muchos amigos y conocidos que eran doctores (esta
mezquina tacañería la ejerció Helene tanto para sí misma como para los demás y
en los tiempos de bonanza económica como en los de escasez) y se puso manos a
la obra: esterilizó unas tijeras y sajó la úlcera limpiándola de su contenido.
Cuando Berg le contó la hazaña a Soma alabó la determinación y habilidad de su
mujer. Soma, después de escuchar la historia se preocupó profundamente y esa
misma noche llamó a un amigo médico y le transmitió su inquietud, a lo que el
galeno le respondió que efectivamente esa cirugía casera era muy peligrosa, ya
que se corría el riesgo de provocar una septicemia (envenenamiento de la
sangre).
Soma le pidió a su amigo el doctor que acudiera esa misma tarde al café donde
tenía cita con Berg para otro asunto y proponerle un reconocimiento por su
parte. El amigo-doctor aceptó y cuando ya en el local, Soma le propuso a Berg
que le presentaría al doctor que casualmente estaba en el café, tanto Berg como
sobre todo su mujer se negaron en redondo; en ese momento, Soma, que sabía que
lo que no deseaban era gastar ni un chelín, les dijo que no se preocuparan por
la factura ya que se trataba de un buen amigo y además un gran admirador de
Berg. Ni por esas. Dos días después Berg moría en el hospital por septicemia
provocada por la tacañería irresponsable de su mujer y su propia actitud
sumisa. Tenía 50 años.
La variación de Wikipedia:
En nochebuena de ese
mismo año, (1935) Berg fallece de una septicemia causada
al parecer por una picadura de abeja…
Afortunadamente en la propia wikipedia aluden a la importancia de la variación:
Un concepto importante que Schoenberg le enseñó es lo que se conocería después como variación continua, que consiste en que la unidad de una pieza depende de que todos los aspectos de ella deriven de una sencilla idea básica. Berg también transmitió esta idea a sus alumnos; uno de ellos, el filósofo Theodor Adorno dijo: "El principio más importante que me enseñó es el de la variación: se asume que todo debe desarrollarse y ser además intrínsecamente diferente."
Soma trabajó de periodista en un diario de Frankfurt y fue despedido con la llegada al poder de los nazis, que limpiaron de izquierdistas y judíos todos los medios culturales y de comunicación. Hundido y enfermo, logró emigrar a Estados Unidos.
¿Aproximación a qué?
(Lo infra-ordinario)
“Lo que nos habla, me parece, es siempre el acontecimiento, lo insólito, lo
extra-ordinario: cinco columnas en la portada, grandes titulares.
Los trenes solo empiezan a existir cuando descarrilan, y cuantos más
viajeros muertos, más existen los trenes; los aviones solo acceden a la
existencia cuando son desviados; los autos tienen por único destino chocar
contra los plátanos: cincuenta y dos fines de semana por año, cincuenta y dos
balances: ¡tantos muertos y tanto mejor para la información si las cifras no
cesan de aumentar! Es necesario que detrás de un acontecimiento haya un
escándalo, una fisura, un peligro, como si la vida solamente debiera revelarse
a través de lo espectacular, lo que habla; como si lo significativo fuera
siempre lo anormal: cataclismos naturales o conmociones históricas, conflictos
sociales, escándalos políticos…
En nuestra precipitación por medir lo histórico, lo significativo, lo
revelador, no dejemos de lado lo esencial lo verdaderamente intolerable, lo
verdadera inadmisible: el escándalo no es el grisú, es el trabajo en las minas.
Los “malestares sociales” no son “preocupantes” en periodo de huelga, son
intolerables veinticuatro horas por día, trescientos sesenta y cinco días al
año. (…)
Lo que pasa realmente, lo que vivimos, el resto, todo el resto, ¿dónde
está? ¿Cómo dar cuenta de lo que ocurre cada día y vuelve a ocurrir cada día,
lo banal lo cotidiano, lo evidente, lo común, lo ordinario, lo infraordinario,
el ruido de fondo, lo habitual? ¿Cómo interrogarlo? ¿Cómo describirlo?
Interrogar lo habitual. Pero justamente, estamos habituados a eso. No lo
interrogamos, no nos interroga, no parece constituir un problema, lo vivimos
sin pensar en ello, como si no fuera portador de ninguna información. Ni
siquiera es condicionamiento, es anestesia. Dormimos nuestra vida con un sueño
sin sueños. ¿Pero dónde está nuestra vida? ¿Dónde está nuestro cuerpo? ¿Dónde
está nuestro espacio?
Cómo hablar de esas “cosas comunes”, más bien cómo arrancarlas de la
corriente en la que permanecen sumergidas, cómo darles un sentido, una lengua:
que hablen finalmente de lo que existe, de lo que somos.
Quizá se trata de fundar finalmente nuestra propia antropología: la que va
a hablar de nosotros, la que va a buscar en nosotros lo que durante tanto
tiempo nosotros saqueamos en los otros. Ya no lo exótico, sino lo endótico.
Interrogar lo que tanto parece ir de suyo que ya hemos olvidado su origen.
Volver a encontrar algo de la sorpresa que podían experimentar Jules Verne o
sus lectores frente a un aparato capaz de reproducir y de transportar sonidos.
Porque esa sorpresa existió, y miles de otras, y son ellas las que nos han
modelado. (…)”
Perec, (Georges)
o el epitafio de Brecht (Bertolt)
Escapé de los tigres
alimenté a las chinches
comido vivo fui
por las mediocridades
o las “Dos viejas enfermedades que no dudaría en
considerar separadamente: la enfermedad de querer saber qué hacer y la
enfermedad de querer poder hacerlo.”
que decía Beckett (Samuel)
o quizás “…abren la marcha andando hacia atrás” que siempre me gustó, y a la que me refiero cuando hablo de enfrentarse a un proyecto,
o como escribió Walser (Robert) en sus microgramas “Siento
que podría seguir con este relato hasta el infinito. ¿En qué consiste lo infinito,
si no en una sucesión interminable de puntos?” ¿variaciones? “…a menudo los poetas tienen unos tentáculos extraordinariamente
largos, con los que presienten el futuro. Huelen los acontecimientos venideros
como los cerdos las trufas.”
o transcribo a Handke (Peter) en Historia del Lápiz:
Atmósfera:
en torno al pequeño objeto hubo de pronto un mundo.
y quizás estas elucidaciones no sean sino una variación de
Arte:
Los monumentos casuales de la vida reunidos en una unidad impenetrable,
necesaria, no casual.
"Paris by Night" Brassaï