Chris Marker realiza un trabajo en solitario, filma, graba el sonido,compone la música y edita el montaje, y muestra cómo los materiales de la creación se sustentan en un impulso, una idea que rastrear, un camino que en todo caso habrá que recorrer sin saber cuál será la solución final.
Cuaderno de bitácora y herramienta docente del profesor Antonio Rabazas para el curso de proyectos de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid.
18 mar 2014
Sobre la memoria: Sans Soleil de Chris Marker
El lunes pasado visionamos la maravillosa película de Agnes Varda La espigadora y el próximo lunes estudiaremos la película Sans Soleil (1983) de Chris Marker.
El título Sans soleil está tomado de un ciclo de canciones de Mussorgsky. La película constituye una reflexión sobre la naturaleza de la memoria humana, y su incapacidad para rememorar los matices y los contextos de nuestros recuerdos. Partiendo de un material documental y grabaciones propias, a través del montaje, muestra la ficción que hay detrás de la percepción de las historias personales y globales.
Chris Marker realiza un trabajo en solitario, filma, graba el sonido,compone la música y edita el montaje, y muestra cómo los materiales de la creación se sustentan en un impulso, una idea que rastrear, un camino que en todo caso habrá que recorrer sin saber cuál será la solución final.
Chris Marker realiza un trabajo en solitario, filma, graba el sonido,compone la música y edita el montaje, y muestra cómo los materiales de la creación se sustentan en un impulso, una idea que rastrear, un camino que en todo caso habrá que recorrer sin saber cuál será la solución final.
26 feb 2014
Sé cuánto lamentas no haber llevado un libro en la mano.
Cuando cerraron las puertas
El vagón estaba semi vacío. O semi lleno. Todos ibais sentados y quedaban asientos sin ocupar. La gente leía, pero de eso te diste cuenta cuando el tipo del impermeable desfasado, el sombrero percudido y la antigua maletita de cuero marrón claro se levantó de su sitio y se sentó al lado del señor que estaba casi exactamente frente a ti, leyendo a Bradbury. Un hecho a todas luces excepcional: nadie lee a Bradbury en el metro.
El de la maleta le sonreía descaradamente al lector de Bradbury, quien tardó un instante en desconcentrarse y en mirar la sonrisa del hombre de la gabardina, quien hurgó en su maleta y extrajo un libro. El desconcertado bradburyano vio esa acción de reojo, pero enfrentó su mirada al comprobar que el viejo no dejaba de blandir un libro a esacasos centímetros de su cara, invitándole con descaro a que reparara en él. Tú también lo hiciste. Era una colección de cuentos de Arthur Machen, con la portada bastante maltratada por el uso. El hombre del sombrero hizo que Bradbury cogiera el libro de Machen. Lo consiguió sin emitir sonido. Comprendiste enseguida que se lo estaba regalando, y que después de un ligero gesto que mezclaba amabilidad, agradecimiento y no puedo aceptarlo, Bradbury lo cogió.
Entonces el viejo se levantó maleta en mano y fue a sentarse a la vera de la chica que leía a tu lado. Reparaste en que la chica leía -no puede ser, pensaste- a Cheever: Crónica de los Wapshot. La chica no había observado lo que acababa de ocurrir frente a sus ojos hacía un momento, con Bradbury. Eso, o disimuló muy bien. El del sombrero puso sonriente ante los ojos de la chica un ejemplar usado de Catedral, de Raymond Carver. La chica levantó la mirada de Cheever y la posó en Carver, y, enseguida, en el señor Maleta. Hay sonrisas que convencen a la primera, se sobreponen a todo, deshacen malentendidos, seducen hipnóticamente. La chica Cheever tenía ya en sus manitas una Catedral. El viejo de los libros pareció incorporarse con apremio. Se dirigió hacia la puerta donde, apoyado contra una de las hojas de la misma, un chico, un joven, leía Vidas minúsculas, de Alfred Polgar.
El tren comenzó a desacelerar, a entrar en la estación de La Latina. Cuando se abrieron las puertas, el chico, además del de Polgar, tenía otro libro en sus manos: La habitación del poeta, de Robert Walser, sin contraportada, te pareció. Cuando se cerraron las puertas, el viejo caminaba sonriente por el andén en dirección a vete a saber dónde. El señor Bradbury, la chica Cheever, el chico Polgar y tú, el Iletrado Imperdonable, lo seguisteis con la mirada hasta que el túnel os tragó otra vez. Juras que así fue como ocurrieron las cosas. Tardaste dos estaciones en darte cuenta de que también tú tenías que haberte bajado en La Latina. ¿Qué me habría dejado el de la maleta si yo hubiera viajado con el Doctor Pasavento, de Vila-Matas, por ejemplo? -pensaste.
Sé cuánto lamentas no haber llevado un libro en la mano.
Roberto Villar
Walker Evans, Then Subway Portraits, 1938
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22 feb 2014
“Conquistador de lo Inútil”
Klaus Kinski en una escena de Fitzcarraldo
Cada vez me interesan más personajes como el director de cine Werner Herzog, su posición ante la enseñanza la resume sutilmente Lao-tse:
Cada vez aprendemos más, pero sabemos menos.
o este Ejercicio de redacción escrito por un niño y que se conserva en el Museo Pedagógico de París. El tema propuesto era: describir un mamífero o un ave.
El pájaro del que voy a hablar es él búho. El búho no ve de día y de noche es más ciego que un topo. No sé gran cosa del búho, así que continuaré con otro animal que voy a elegir: la vaca.
La vaca es un mamífero. Tiene seis lados: el de la derecha, el de la izquierda, el de arriba, el de abajo. El de la parte de atrás tiene un rabo, del que cuelga la brocha. Con esta brocha se espantan las moscas para que no caigan a la leche. La cabeza sirve para que le salgan los cuernos y, además, porque la boca tiene que estar en alguna parte.
Los cuernos son para combatir con ellos. Por la parte de abajo tiene la leche. Está equipada para que se la pueda ordeñar. Cuando se le ordeña, la leche viene y ya no para nunca. ¿Cómo se las arregla la vaca? Nunca he podido comprenderlo, pero cada vez sale con más abundancia.
El marido de la vaca es el buey. El buey no es mamífero. La vaca no come mucho, pero lo que come, lo come dos veces, así que ya es bastante. Cuando tiene hambre, muge, y cuando no dice nada, es que está llena de hierba por dentro. Sus patas le llegan hasta el suelo. Las vacas tienen el olfato muy desarrollado, por lo que se las puede oler desde muy lejos. Por eso es por lo que el aire del campo es tan puro.
Werner Herzog detesta los estudios académicos sobre cine, los considera una enfermedad y recomienda a los futuros cineastas que se alejen de las escuelas de cine: Hagan sus maletas y escapen, huyan lo más rápido que puedan. En lugar de estar en una escuela trabajen como conductor de un taxi o guardaespaldas en un club porno. Ganen dinero para hacer una película. Un cineasta se nutre de la sabiduría de las calles y los caminos, algo que no se aprende en las escuelas de cine. Así que les aconseja viajar a pie, porque el mundo se revela a aquellos que viajan caminando. Viajen a pie, eso tiene más valor que cuatro años en una escuela de cine, aunque nunca he estado en una. Eso sí, que lean, pero no libros sobre (hacer) cine, sino poesía o aquellos que descubran y revelen la hondura del mundo.
Hace unos tres o cuatro años Herzog abrió una escuela de cine en Los Ángeles -donde vive- con el formato de seminarios de fin de semana que se celebran donde puede: la Werner Herzog's Rogue Film School, algo así como la escuela de cine vagabunda o peregrina (o pícara o pirata) de Werner Herzog. No se imparte ningún tipo de enseñanza técnica, es una escuela para los que han viajado a pie, han mantenido el orden en un prostíbulo o han sido celadores en un asilo mental. En pocas palabras, para los que tienen un sentido poético. Para los peregrinos. Para los que pueden contar un cuento a un niño de cuatro años y mantener su atención, para los que sienten un fuego en su interior.
La Rogue Film School no se parece a ninguna escuela de cine: se parece a Herzog -y al cine de Herzog, claro-; y no tiene nada de extraño.
Ejemplo de sus materias de estudio:
Viajar a Pie
Arte de Forzar Cerraduras
La Confección de tus Propios Permisos de Rodaje
Técnicas de Neutralización de la Burocracia
Tácticas de Guerrilla,
Autosuficiencia...
Recomienda algunas películas de cabecera como el tesoro de Sierra Madre (1948, dir. John Huston), Viva Zapata (1952, dir. Elia Kazan), La Batalla de Argel (1966, dir. Gillo Pontecorvo) la trilogía de Apu de Satyajit Ray y ¿Dónde está la casa de mi amigo? de Kiarostami.
Entre las lecturas obligatorias figuran las Geórgicas de Virgilio, La breve vida feliz de Francis Macomber de Hemingway o Historia verdadera de la conquista de la nueva España de Bernal Diaz del Castillo.
Fascinante, ¿no? como la mirada de Klaus Kinski en Aguirre o la increíble Fitzcarraldo traumática, y famosa por mover un barco de vapor de 320 toneladas por una colina sin usar efectos especiales. Herzog pensaba que nadie jamás había realizado tal proeza en la historia, y que nunca mas la realizarían, llamándose a si mismo “Conquistador de lo Inútil”.
Estas pedagogías extrañas me llevan a inevitablemente al Joseph Jacotot de Rancière, J. (2002) El maestro Ignorante. Cinco lecciones sobre la emancipación Intelectual, Barcelona, Laertes.
Jacques Rancière, resume su tesis en estas palabras:
-Para el neófito, la única forma posible de enseñar es explicando. ¿Cómo hacer para que, sin explicaciones, un niño, o un adulto entiendan lo que no conocen?
JR-Joseph Jacotot consiguió demostrar que el método de la explicación constituye el principio mismo del sometimiento, por no decir del embrutecimiento.
-¿Podemos recordar el comienzo de esa aventura singular?
JR-La historia comenzó cuando Jacotot, un apreciado filósofo y pedagogo en Francia, se instaló en Bélgica por razones políticas durante la Restauración (1814-1830). Allí fue contratado por la Universidad de Lovaina para enseñar francés. Jacotot, que no sabía una palabra de holandés, distribuyó a sus alumnos una versión bilingüe del Telémaco de Fénelon y los dejó solos con el texto y con su voluntad de aprender. Sorprendentemente, pocos meses después todos eran capaces de hablar y de escribir en francés sin que el maestro les hubiese transmitido absolutamente nada de su propio saber. Jacotot dedujo entonces que sus alumnos habían utilizado la misma inteligencia que usa un niño para aprender a hablar. ¿Qué hace un niño pequeño? Escucha y retiene, imita y repite, se corrige, tiene éxito gracias al azar y recomienza gracias al método. Todo sin ningún maestro.
(...)
JR-Un maestro ignorante no es un ignorante que decide hacerse el maestro. Es un maestro que enseña sin transmitir ningún conocimiento. Es un docente capaz de disociar su propio conocimiento y el ejercicio de la docencia. Es un maestro que demuestra que aquello que llamamos “transmisión del saber” comprende, en realidad, dos relaciones intrincadas que conviene disociar: una relación de voluntad a voluntad y una relación de inteligencia a inteligencia.
Aguirre, la cólera de Dios
AGUIRRE, DER ZORN GOTTES
1972, Werner Herzog Film, Germany
Joseph Cornell es otro de esos autores raros "coleccionista de lo inútil" a caballo entre el bricoleur y el poeta de los objetos encontrados. Sus cajas son ensamblajes que organizan pequeños poemas visuales autosuficientes, donde la magia de las relaciones entre las cosas exigen al espectador una mirada inocente, un dejarse ir, un ver el mundo por primera vez.
Archivo digital "Joseph Cornell Papers"
(material biográfico, correspondencia, diarios, fotografías, etc.) que ofrece la web "The Smithsonian Archives of American Art"
Cajas de Joseph Cornell acceder a: "Navigating The Imagination" o "The Joseph Cornell Box"
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21 feb 2014
Poesía Visual Stop Desahucios
Ilustración para el cartel de la convocatoria, Inge Nouws.
Edu Barbero "STOP DESAHUCIOS"
Edu Barbero "STOP DESAHUCIOS"
Antonio Monterroso - Edu Barbero "Retablo"
Boek visual
{mail art + poesía visual + arte experimental}Recomiendo una visita tranquila por sus numerosas entradas.
Destaco aquí una convocatoria de carteles para "Stop Desahucios", con numerosas respuestas visuales que constituyen ejemplos magníficos de aplicaciones prácticas de la poesía visual. Cuando la inteligencia del artista se pone al servicio de causas importantes para la sociedad y transforma su propio mundo en campo de batalla.
"Stop Desahucios" album en picasa
Destaco aquí una convocatoria de carteles para "Stop Desahucios", con numerosas respuestas visuales que constituyen ejemplos magníficos de aplicaciones prácticas de la poesía visual. Cuando la inteligencia del artista se pone al servicio de causas importantes para la sociedad y transforma su propio mundo en campo de batalla.
"Stop Desahucios" album en picasa
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4 feb 2014
Presentación del proyecto de investigación "Desconectados. Análisis de la dimensión relacional en algunas prácticas artísticas contemporáneas" de la estudiante de doctorado Maite Angulo
Lunes 10 de febrero en el aula de Proyectos
El próximo lunes la estudiante de doctorado Maite Angulo nos hará una
breve presentación de su proyecto de tesis, con el doble fin de aclarar en qué
consiste un proceso de investigación doctoral en Bellas Artes, para aquellos
interesados en continuar su formación por esa vía y, por otro lado, debatir
sobre algunas cuestiones referentes al arte contemporáneo.
El proyecto “Desconectados. Análisis de la dimensión
relacional en algunas prácticas artísticas contemporáneas” se centra en el
análisis de una serie de prácticas
artísticas contemporáneas cuyo objetivo principal es la construcción de socialidad y cuyo marco de referencia teórico es el contexto
del capitalismo cultural contemporáneo y su influencia tanto en
la experiencia social en conjunto como en la experiencia estética.
El
punto de partida del estudio es la observación de un cierto malestar en la
cultura, que podría describirse como un ambiente
de desconexión, en el sentido de indiferencia
y fragmentación
percibido en la experiencia social en su conjunto y más concretamente en la
experiencia estética. Este fenómeno de desconexión
implicaría una experiencia truncada y esterilizante que no permite un disfrute
pleno o una relación operativa ni el seno de la vida social ni en la experiencia
estética, y estaría relacionado con un conjunto de aspectos característicos de
nuestras actuales sociedades como el exceso
de estímulos sensoriales y contactos sociales al que se ve sometido el
individuo en una gran ciudad y que le llevarían a una actitud de recogimiento y
reserva, o los procesos de
homogeneización, fragmentación y parcelación del espacio público que delimitan
y mercantilizan la experiencia social. Tomando como referencia las teorías
estéticas de John Dewey, Georg Simmel, Georg Lukács y Herbert Marcuse se está
realizando un estudio de la historia social de la desconexión así como de diversas propuestas de emancipación a
través de “experiencia de comunidad” y de la “experiencia estética”.
Desde la década de los noventa se aprecia un incremento de las prácticas
artísticas que se hacen eco de este debate y desarrollan, desde ámbitos tan
distintos como el arte de contexto, el arte público o el activismo creativo,
propuestas encaminadas a generar nuevos y alternativos espacios de socialidad e
intercambio. El pensador y crítico de arte francés Nicolas Bourriaud publicó en 2006 un conocido ensayo titulado
“Estética relacional” en el que analizaba una serie de prácticas que tomaban el
conjunto de las relaciones humanas como material de trabajo para experimentar
con las nociones relacionales e interactivas de la experiencia estética. Así,
artistas como Rirkrit Tiravanija, Pierre
Huygue, Liam Gillick o Douglas Gordon, entre otros muchos, organizaban
encuentros, cenas o fiestas con el propósito de desviar la atención del
carácter objetual del arte y centrarla en la experiencia del tiempo compartido
entre los participantes y el artista. Pero, ¿son estas propuestas realmente
eficaces? ¿es posible que las prácticas relacionales que estos artistas
proponen dentro de “la institución del arte” realmente promuevan una expansión
y un enriquecimiento de la vida social y de la experiencia estética?
A lo largo de la charla revisaremos algunas propuestas de arte
relacional en el sentido en que Bourriaud las definía así como otras propuestas
que buscan experimentar con la dimensión relacional de la experiencia a través
de procesos de autogestión cultural y fuerte vinculación con el contexto local
y la vida cotidiana. Como ejemplos de esto último encontraríamos experiencias culturales
que se llevan a cabo en Madrid como El Campo de Cebada, Esta es una plaza o Todo
por la praxis.
Enlaces de interés:
30 ene 2014
El “qué” y el “cómo”
Transcribo las interesantes reflexiones vertidas en la conferencia impartida por Michel Gaztambide en el Taller de Procesos Creativos de la ETSASS. Nos vienen muy bien para nuestra práctica de Narrativas visuales.
El
“qué” y el “cómo”
“Para
ilustrar cuál es el trabajo del guionista, voy a recurrir a la escena "chico conoce chica" de la película
Luces de ciudad, de Charles Chaplin,
alguien que no trabajaba con guiones, sino con escaletas, una especie de
resúmenes con el contenido de lo que será la película.
La
secuencia tenía que contar tres cosas:
1.
Que la chica es ciega.
2.
Que la chica cree que Charlot es rico
3.
Que Charlot se da cuenta de que ella cree que es rico.
El
sabía qué tenía que contar, pero no sabía cómo.
El
"qué" no es necesariamente el trabajo del guionista, sino tan sólo un
a priori, que en muchas ocasiones le viene dado al guionista. Es posible que el
guión lo esté realizando un guionista para sí mismo, con lo que él mismo
establecerá los "qués" de su
historia. Pero en muchas ocasiones este "qué" viene dado, por
ejemplo, por un productor que contratase
a un guionista con sus propios
"qués". O un director, el caso
más habitual, dominador del arte visual pero quizás con carencias en el mundo
del guión que quizás sabe lo que quiere
contar pero tal vez no sabe cómo hacerlo.
En
Definitiva, el "qué" viene dado por un sistema financiero de producción (productora), por un
líder artístico, que es el
director de cine, o bien por el
propio guionista.
Nosotros en el guión podemos trabajar el
"qué", pero no necesariamente. Donde siempre estamos es aquí, en el
"cómo". El guionista trabaja el "cómo"; nos contratan para desarrollar "cómos". El motivo por
el que se nos permite sobrevivir en
este trabajo tan raro y
tan complicado como es el cine,
es que de alguna manera nuestros
"cómos" convencen a los directores que nos contratan. Nos compran por
nuestra capacidad de desarrollar "cómos" sugerentes o interesantes.
Nuestros
"cómos" tienen que ser universales, deben ser entendibles por la
mayor cantidad posible de espectadores.
El
guionista escribe para el espectador, que paga unos euros, se sienta frente a la pantalla y recibe
una información emocional y descriptiva. Ese es nuestro trabajo: el
"cómo".
El guionista es quien aplica
los criterios de la verosimilitud. El que intenta después de todo eso
desaparecer. Porque para un guionista,
es muy importante ser
invisible en la película.
El proceso creativo
Cuando
yo empecé a escribir películas para cine, lo hice en un tiempo en el que no había
que estudiar para ello. Casi cualquiera podía hacerlo. Yo no sabía muy bien
cuáles eran los momentos más importantes del proceso creativo. Consideraba que
el proceso creativo era una especie de
don que nos venía dado, como la pierna izquierda de un futbolista. Con el paso
del tiempo, encontré que existían unos momentos básicos en el desarrollo de mi
oficio y muy importantes en el proceso creativo.
Para mí, el momento más
importante es el origen, el punto de partida.
Determinar
con claridad dónde está el origen de la ficción que se va a trabajar durante
año y medio.
Una
película puede nacer de tres grandes baúles:
Una
idea:
Kieslowski, cineasta polaco que trabajó durante la época comunista como
realizador de películas y documentales para la televisión, realizó una serie de
diez capítulos para la televisión polaca basada en los mandamientos de la ley
de Dios. Al mandamiento número uno, le corresponde el capítulo uno, al segundo
el episodio dos, etc...
También
realizó una trilogía en Francia: azul, blanco y rojo. Cada uno de los
colores se refieren a uno de los colores de la bandera francesa y a uno de los
lemas de la república francesa: liberté,
égalité, fraternité. Es alguien a quien le gustaba trabajar con un a priori temático o teórico.
Utiliza el punto de partida de una manera clarísima.
Una
historia:
Puede ser una historia real o una historia que se parezca a las historias que
nos pasan, con personajes que se parecen a las personas que nos rodean.
Una
imagen: Se
parte de una imagen concreta o una impresión sensorial más o menos difícil de definir. Ingmar
Bergmann explica que muchas de las películas se le ocurrían en sueños. La película Gritos y Susurros, por ejemplo, cuenta que la vio en un sueño en el
que vio una pared roja y unas mujeres de blanco pasando por delante.
Todo
ello son puntos de partida.
Vacas surgió de una imagen
clarísima en la
que Julio Medem veía lo
siguiente:
"Un hombre lanza un
hacha contra un bosque (lejano). El hacha entra en el bosque y se clava en un árbol" Éste es el punto de
partida de la película.
El
punto de partida de una película es el
momento en que eres más pobre, porque es
cuando menos elementos tienes.
Por
eso, el origen es el momento más importante de la película. En esa frase hay
información que a simple vista no se ve, y hay que analizar en profundidad.
El proceso creativo es el
viaje entre la más absoluta de las pobrezas y la riqueza que supone tener una
película de noventa minutos que se puede proyectar.
La
primera información que nos da la imagen de partida es del tono de la película.
En la idea de partida hay algo extraño, chocante: que el hacha se clava en un árbol de un bosque lejano. Esto
es imposible, una imagen no real.
El
director está pidiendo una
estructura narrativa en la que
las cosas imposibles parezcan posibles.
Hay
algo que juega a nuestro favor, que es
el fenómeno definido como "suspensión de verosimilitud". Ocurre cuando un
espectador va a ver un espectáculo y da
unos minutos de margen a la película para que establezca los parámetros de su
propia verosimilitud. En Vacas, desde el primer momento supimos que íbamos a
tener que abusar de este fenómeno de
suspensión de verosimilitud y vamos a tener que crear una serie de mecanismos narrativos o
imágenes que permitan que el espectador se crea, que a pesar de que la
distancia es imposible de salvar, el hombre tira el hacha y se clava en el
árbol de un bosque inalcanzable.
Para
ello, vamos a usar la clasificación realizada por los formalistas rusos al
analizar los cuentos populares y establecieron que una fábula (relato o
historia) está compuesta de cuatro elementos igualmente importantes:
. el espacio
. el tiempo
. los acontecimientos
. los actores
Estos
son los cuatro cestos casi vacíos que hay que rellenar para transmitir al
espectador.
. el espacio
La
película debe desarrollarse en un único lugar, un lugar que tenga las
características que permiten que esa ficción se desarrolle.
En
el caso de Vacas el espacio es el mundo rural. Además, hay un bosque, lo cual
crea un espacio idóneo para que ocurran cosas mágicas, de brujas y duendes. Esto es interesante para
realizar esta historia en la que los
criterios de verosimilitud absoluta no van a ser necesarios.
. el tiempo
La
imagen descrita no se puede fechar, es atemporal. Se trata de un escenario
rural en Euskadi, verde, con caseríos, donde hay hachas, cerca de bosques...
todo ello son elementos atemporales. Podríamos estar hablando de 1715, 1989 o 1815. Es un
gesto sin una fecha concreta. Esto resulta muy bueno de entrada, porque
favorece la elipsis.
Robert
Bresson, director de cine francés de los años 50, decía en su libro Notas sobre el cinematógrafo: "Cineasta, recuerda que la poesía
de tus imágenes estará en las
elipsis". Él habla de una de las particularidades del relato cinematográfico,
que es el montaje. Nosotros montamos, troceamos, seleccionamos información y por
lo tanto el tiempo del que venimos y al que
vamos. Y podemos provocar que, de repente, dos tiempos que no tienen
continuidad estén juntos por montaje.
. los acontecimientos
Además,
hay algo en los acontecimientos que nos ayuda de alguna manera: el conflicto.
El gesto de lanzar el hacha es un gesto violento.
. los actores
Hay
varios personajes en esta idea original: hombre, bosque, hacha, árbol, vacas.
El más importante es el hombre. Hay una serie de elementos que no son humanos
pero están ahí: bosque, hacha, vacas... Como con un solo hombre no podemos
hacer una película, pondremos dos hombres.
En
definitiva, había que hacer magia dentro de un mundo rural, dentro de unos
parámetros atemporales, que toquen algunos elementos relacionados con un gesto de violencia, con
dos personajes humanos y la presencia de lo intangible, lo atávico.
Las
vacas encontraron su lugar en la película. Son el elemento común en la
película, una presencia constante. Son la representación de lo atávico y a la
vez el denominador común en la película.
Nosotros nos morimos, pero las vacas
permanecen, junto con la hierba, la naturaleza... Además, son las conductoras
de las elipsis, cuando al entrar por el ojo de una vaca, aparecíamos treinta años
más tarde. Cuando Julio Medem consiguió entrar
por el ojo de una vaca y que el espectador entendiese que nos trasladábamos
treinta años en la historia, conseguíamos que el espectador aceptase ese nuevo
código de cómo funcionan las cosas en la película.
Archivos
Prensa
Los
guionistas y directores tenemos que
tener un lenguaje común con los espectadores, porque lo que nos une a ellos es
la realidad. Evidentemente, a nosotros no nos pasan todas las cosas, así que
los periódicos nos ayudan.
El
problema de la prensa es que la acumulas hasta que estorba. Por eso hay que seleccionar. Al final aprendes que
todas las noticias que están siendo recortadas por un montón de personas hay
que descartarlas. Además, hay que descartar las noticias obvias. De este modo
se busca una colección subjetiva con noticias sacadas de periódicos locales,
gratuitos, etc...
Archivo fotográfico
También
recorto fotografías de la prensa. Dos tipos de fotografías: Unas, las fotografías que por sí solas cuentan una
historia. Es el caso de la fotografía de el primer ministro israelí Netanhayu,
que está tomando el sol, pero como está rodeado de guardaespaldas, le quitan el
sol.
También
recorto fotografías de personas, porque cuando trabajo un guión y el personaje
empieza a crecer en mi cabeza, intento ponerle cara. Para ello utilizo mi archivo,
y busco que las características que se van dibujando aparezcan en esas caras y
las pongo donde pueda verlas todos los días. Es gente no conocida, que por
algún motivo tiene un rostro que me llama la atención y lo guardo.
Nunca
recorto políticos, ni futbolistas... aunque en algún caso sí he recortado entrenadores. Es el caso de la caja
507. Desde el principio teníamos claro que había una especie de héroe que se
parecía a Jack Lemon. Un hombre anodino al que le pasan cosas extraordinarias.
Por
otro lado teníamos dos personajes que eran los antagonistas de éste. Uno era un
guardia civil que habían echado del cuerpo, y el otro un joven asesino francés.
De estos dos personajes hicimos uno, que se convirtió en el personaje que hace
José Coronado en la película. De este personaje sólo sabíamos que tenía unos 40
años. Entonces vimos en el periódico la fotografía de Héctor Cúper, un tipo
delgado con la cabeza rapada. Cogimos su foto, y nos ayudó a construir el
personaje.
Una
parte de este archivo fotográfico sale de la prensa y otra parte sale de libros
de fotografía. Los fotógrafos hacen un trabajo parecido al nuestro. Van por la
vida capturando instantes, instantes que tienen algún tipo de relevancia
poética, informativa, etc… Vamos robando instantáneas que nos puedan servir. Con
estos archivos fotográficos y los recortes de prensa vamos construyendo
historias.
Imaginación de viaje
Cuando
yo empecé a escribir guiones pensé que era porque tenía mucha imaginación. De
alguna manera, yo confiaba en mi imaginación inagotable, con la que podría alimentar todas las películas que se pusieran
por delante, y más. Hasta que descubrí que mi imaginación tenía un
problema, que tiende a repetirse. Esto es un peligro, tengo
que someterla a estímulos para de alguna forma hacer que mi imaginación esté en
contacto con elementos externos que ella sola no habría ido a buscar. Tenía que hacer algo para que mi
imaginación no se repitiera a sí misma, tenía que intentar trabajarla y, sobre
todo, sacarla de paseo.
Cuando
me paso varios días con mis fotografías, voy a las bibliotecas y vuelvo con
tres fotografías más que yo no pensaba encontrar. He descubierto que sacando mi
imaginación de paseo se acercaba más a lo
universal, al mundo del espectador que va a ver la película.
Literatura
Hay
una cita de Kurosawa: "Para ser
un gran cineasta hay que haber leído los
grandes clásicos de la literatura universal, hay que haber visto las grandes
obras de la pintura, la música, conocer los grandes edificios de la arquitectura..." Es decir, para Kurosawa, un cineasta no
se podía plantear hacer cine si no era
un hombre culto, tener conocimientos de lo que le rodeaba.
Como
ya os he contado, yo no fui a la universidad. Fui, pero me largué rápidamente
porque ella y yo no teníamos nada que ver. De modo que tuve que seguir un
proceso de formación autodidacta. Yo me
daba cuenta de que eso era una carencia. Vi muchas películas y leí muchos
libros. Los libros los leo con un papel y un boli. Así relleno cuadernos llenos
de citas literarias. Por ejemplo, "el universo es una digestión
mágica", como aparece en una secuencia de Vacas. Encuentro citas, una
manera de hablar en una novela, que pasan a formar parte de mi película, que a mi no se me habría ocurrido.
Apuntes del natural
Se
anotan situaciones, cosas
que la vida te regala.
Todos
estos elementos hacen que yo haya abierto las ventanas de mi imaginación y haya
provocado, con elementos externos, la posibilidad de crecer, de tener más
datos. Datos a veces insospechados. Lo interesante aquí es lo insospechado, lo
que te aleja de lo evidente, que no nos interesa.
En
este proceso de investigación, cuando la
película va engordando, el
guionista no es especialista en
muchas cosas que tiene que aprender en este proceso. A lo largo de este
aprendizaje surgen muchas informaciones que van a enriquecer la película, que
permite por ejemplo que los médicos se sientan identificados en la película,
etc...
Los
guionistas miramos el mundo robando fragmentos de realidad que puedan ser
utilizados para nuestras películas. Nosotros usamos el mundo, porque es el
caldo de cultivo en el que trabajamos. Eso nos convierte en personajes que van
por el mundo en un estado de alerta, buscando cosas que podamos robar y meter dentro
de nuestras películas. Nuestra cabeza se entrena para que cuando llegan ciertas
informaciones escritas o visuales, analicemos si son útiles o no.
Para mí la creatividad es un
estado de ánimo. Yo digo a mis alumnos que lo primero que tienen que tener en
cuenta es que se van a convertir, gracias a su oficio, en unos “anormales”
porque van a aprender a ver el mundo de una determinada manera.
Michel
GAZTAMBIDE
Michel Gaztambide (Vaucluse). Guionista de largometrajes, entre otros: Yoyes (1998) junto a la directora Helena Taberna, Vacas (1992) junto al director Julio Medem (película que ha recibido numerosos premios internacionales) o La caja 507 (2002) bajo la dirección de Enrique Urbizu. También ha realizado labores de dirección y guionista de cortometrajes Vidas Imaginarias (1991, Premio al mejor corto vasco) y Hombre sin hombre (2002, Selección Kimuak). También ha realizado labores de guionista y director en trabajos para la televisión y publicidad. Además de su recorrido profesional como guionista, ha publicado los libros Las aventuras de Máximo Tiratti (1989), Banderín de perversión (1993) y Ternura blindada (1999). Desde 1991 está vinculado al mundo docente del guión.
Taller
de Procesos Creativos
Primera
edición. Octubre-Diciembre 2009
organización
Asociación
Kole, Kolektibo Lektibo
PROFESORES:
Juanjo Arrizabalaga_Ramón Barrena_Ula Iruretagoiena_Ibon Salaberria_Mario Sangalli_Alberto Ustarroz_Iñigo Viar
COLABORADORES:
Jonhatan Chanca_Ander Cía_Iratxe Etxano_Edorta Larizgoitia_Sara Navazo_Cristina Ramos_Xabier Ruiz_Edorta Subijana_Aitor Ugartemendia_Amaia Urruzola_Elena Usabiaga_Maria Yañez_
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Etiquetas:
Cine,
Guión,
Michel Gaztambide
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