Alfredo Omaña, Gran Suite Santa Lucía, 2011
Proteger a la naturaleza, a los niños, a los animales, es la expresión del paternalismo propio de una tradición de control y dominio del medio que se ha desarrollado a partir de la idea bíblica de que la tierra está al servicio del hombre, ese ser que se autoproclama superior a todo lo que él mismo define como inferior. Del Génesis a la Tecnología hay una línea directa. […]
Hace falta una ecosofía en vez de una ecología. En vez de dominar y proteger, volver a sentir, a oír, a oler incluso, a comprender oliendo, a saber sintiendo. En vez de la pancarta "no tocar" en los "espacios protegidos", la invitación a la hierba, la educación del sentir, la religiosa invitación a saberse hierba y a pisarla como se pisa un templo en Oriente: con los pies descalzos. "No tocar" es la señal de alarma que aparta a los niños de su origen en vez de recordárselo, que nos hace peregrinar por nuestro mundo en un vehículo diáfano como aquellos autobuses en los que los turistas cruzan, como peces en un acuario, los parajes volcánicos de algunas islas. Turistas del mundo de fuera y del interior, nos vamos convirtiendo en depredadores que han olvidado la máxima de sus antepasados los viajeros: ir de lo propio a lo otro para ser lo que eres. […]
Lo propio: lo más común, el oikos . Oiko-sophía: saber de lo más propio, del hábitat, lo que nos pertenece no como posesión sino como propiedad, es decir, aquello a lo que ontológicamente pertenecemos. Sophia en vez de logos: saber en vez de conocimiento, integración en vez de discurso. […]
Christiane Löhr, 02_Drei_kleine_Kuppeln, 2007
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