Descubrí a Miyoko Shida cuando un buen amigo me mandó un mail con un link a un portal americano que exhibe videos curiosos.
Escribía:
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Lo curioso es que a través del portal americano, me entero que Miyoko Shida realizó la performance en el programa de TV española "Tú Sí Que Vales". Es un programa que no veo, pero que como en este caso, a veces salta la sorpresa y se produce un verdadero descubrimiento que va más allá del espectáculo banal.
Miyoko Shida es discípula de Mädir Eugster (Artista, Inventor, Director de Rigolo suizo Nouveau Cirque) desde 1996 a 2011. Para su circo creó y realizó muchas performances relacionadas siempre con el equilibrio a las que denominó Sanddornbalance.
Cuando esta bailarina y coreógrafa de danza japonesa, que vive en Paris, trabaja en Sanddornbalance, se hace llamar Miyoko Shida Rigolo, en homenaje a su maestro.
Su trabajo me lleva a un texto que recomendé en clase:
Seis propuestas para el próximo milenio.
Libro sencillo, claro, abundante en citas y, sobre todo, abierto en las propuestas: no solo lo que escribe Calvino es importante, tanto o más, las preguntas que suscita.
Muy Recomendable.
Calvino, comienza su tercera conferencia titulada Exactitud, con la siguientes palabras:
"Para los antiguos egipcios el símbolo de la precisión era una pluma que servía de pesa en el platillo de la balanza donde se pesaban las almas. Aquella pluma ligera se llamaba Maat, diosa de la balanza. El jeroglífico de Maat indicaba también la unidad de longitud, los 33 centímetros del ladrillo unitario, y también el tono fundamental de la flauta."
Enemigo de la vaguedad, se preocupa porque le parece que “el lenguaje se usa siempre de manera aproximativa, casual, negligente.” Debido al influjo de los medios de comunicación masiva (mass-media), hay una dilución de los significados y homogenización de las posibilidades expresivas, la cual debe ser contrarrestada por la literatura. Lo podríamos extender a cualquier manifestación artística.
Según Calvino, no se puede ser vago en las descripciones, paradójicamente, hasta las descripciones de la vaguedad pueden ser claras y precisas. "El poeta de lo vago puede ser solo el poeta de la precisión, que sabe captar la sensación más sutil con ojos, oídos, manos, rápidos y seguros." Poniendo como ejemplo la obra de Leopardi, Mallarmé, Baudelaire, Poe, Valery, Musil y el estudio de su propia obra, Calvino confiesa una “predilección por las formas geométricas, por las simetrías, por las series, por la combinatoria, por las proporciones numéricas…”; y agrega: “no hay límite a la minuciosidad con que se puede contar la historia más sencilla.” Trae a colación una de las metáforas más fecundas para los que nos interesamos en los modelos que subyacen a los mecanismos de la creación: El modelo del Cristal y el de la Llama:
"Entre los libros científicos en los que husmeo en busca de estímulos para la imaginación, he leído recientemente que los modelos del proceso de formación de los seres vivientes son «por un lado el cristal (imagen de invariabilidad y de regularidad de estructuras específicas), y por otro la llama (imagen de constancia de una forma global exterior, a pesar de la incesante agitación interna)».
(…)
Lo que me interesa ahora es la yuxtaposición de estas dos figuras,(…)
Cristal y llama, dos formas de belleza perfecta de las cuales no puede apartarse la mirada, dos modos de crecimiento en el tiempo, de gasto de la materia circundante, dos símbolos morales, dos absolutos, dos categorías para clasificar hechos, ideas, estilos, sentimientos. Me referí hace un momento a un partido del cristal en la literatura de nuestro siglo; creo que se podría establecer una lista similar para el partido de la llama. Siempre me he considerado partidario del cristal, pero la página que acabo de citar me enseña a no olvidar el valor que tiene la llama como modo de ser, como forma de existencia. Quisiera igualmente que quienes se consideran partidarios de la llama no pierdan de vista la calma y ardua lección de los cristales."
En su cuarta lectura Visibilidad, Calvino señala dos tipos de procesos imaginativos: el que parte de la palabra y llega a la imagen (esa especie de “cine mental” que filmamos al leer), y el proceso que nos lleva de la imagen a la elaboración con palabras.
Calvino afirma que, al idear un relato, “lo primero que acude a mi mente es una imagen (…) cargada de significado, aunque no sepa formular ese significado en términos discursivos…”. Siendo así las cosas, Calvino rescata la visibilidad como valor debido a que cada vez es más rara “la capacidad de enfocar imágenes visuales con los ojos cerrados”, mucho de ello provocado por el bombardeo desmedido de imágenes televisivas.
Pues bien el Sanddornbalance, de Miyoko Shida Rigolo, constituye un magnífico ejemplo no literario de los valores que defiende Calvino. Por un lado la visibilidad omnipresente en internet permite acercarse a una obra donde todo parece físicamente imposible, por otro, la exactitud supone una disciplina y un trabajo duro hasta lograr la "perfección". El Sanddornbalance es el arte de hacer visible por medio de la exactitud fuerzas invisibles como la gravedad transformada en pegamento poderoso, sólo con el equilibrio conseguido entre unas ramas de palma y una pluma.
Trece ramas de palma se superponen sin ningún tipo de ayuda, la gravedad y el equilibrio encontrado son las únicas condiciones aceptadas.
Como el arte Zen nos enseña a equilibrar las piedras más grandes con las piedras más pequeñas, la búsqueda del equilibrio requiere extrema paciencia y humildad, el olvido del paso tiempo, ser consciente de la naturaleza completa del lugar donde se trabaja, el silencio y la concentración. El equilibrio alcanzado parece inferir al cuerpo y a la mente un estado de gracia perfecta.
Sin embargo, al final, cuando se ha completado el trabajo se pone en evidencia lo precario que es el equilibrio creado. La retirada de la pluma será suficiente para romper irremediablemente el sistema de complejos equilibrios alcanzados.
Adrian Gray, Michael Grab, Walter Sieber, Tom Shannon, Kent Avery, Bill Dan, son algunos artistas que trabajan también con el pegamento de la gravedad.
http://www.youtube.com/watch?v=K6rX1AEi57c&list=LLVTnozowqGRthafIm8iByeA&feature=share
"Para los antiguos egipcios el símbolo de la precisión era una pluma que servía de pesa en el platillo de la balanza donde se pesaban las almas. Aquella pluma ligera se llamaba Maat, diosa de la balanza. El jeroglífico de Maat indicaba también la unidad de longitud, los 33 centímetros del ladrillo unitario, y también el tono fundamental de la flauta."
Enemigo de la vaguedad, se preocupa porque le parece que “el lenguaje se usa siempre de manera aproximativa, casual, negligente.” Debido al influjo de los medios de comunicación masiva (mass-media), hay una dilución de los significados y homogenización de las posibilidades expresivas, la cual debe ser contrarrestada por la literatura. Lo podríamos extender a cualquier manifestación artística.
Según Calvino, no se puede ser vago en las descripciones, paradójicamente, hasta las descripciones de la vaguedad pueden ser claras y precisas. "El poeta de lo vago puede ser solo el poeta de la precisión, que sabe captar la sensación más sutil con ojos, oídos, manos, rápidos y seguros." Poniendo como ejemplo la obra de Leopardi, Mallarmé, Baudelaire, Poe, Valery, Musil y el estudio de su propia obra, Calvino confiesa una “predilección por las formas geométricas, por las simetrías, por las series, por la combinatoria, por las proporciones numéricas…”; y agrega: “no hay límite a la minuciosidad con que se puede contar la historia más sencilla.” Trae a colación una de las metáforas más fecundas para los que nos interesamos en los modelos que subyacen a los mecanismos de la creación: El modelo del Cristal y el de la Llama:
"Entre los libros científicos en los que husmeo en busca de estímulos para la imaginación, he leído recientemente que los modelos del proceso de formación de los seres vivientes son «por un lado el cristal (imagen de invariabilidad y de regularidad de estructuras específicas), y por otro la llama (imagen de constancia de una forma global exterior, a pesar de la incesante agitación interna)».
(…)
Lo que me interesa ahora es la yuxtaposición de estas dos figuras,(…)
Cristal y llama, dos formas de belleza perfecta de las cuales no puede apartarse la mirada, dos modos de crecimiento en el tiempo, de gasto de la materia circundante, dos símbolos morales, dos absolutos, dos categorías para clasificar hechos, ideas, estilos, sentimientos. Me referí hace un momento a un partido del cristal en la literatura de nuestro siglo; creo que se podría establecer una lista similar para el partido de la llama. Siempre me he considerado partidario del cristal, pero la página que acabo de citar me enseña a no olvidar el valor que tiene la llama como modo de ser, como forma de existencia. Quisiera igualmente que quienes se consideran partidarios de la llama no pierdan de vista la calma y ardua lección de los cristales."
En su cuarta lectura Visibilidad, Calvino señala dos tipos de procesos imaginativos: el que parte de la palabra y llega a la imagen (esa especie de “cine mental” que filmamos al leer), y el proceso que nos lleva de la imagen a la elaboración con palabras.
Calvino afirma que, al idear un relato, “lo primero que acude a mi mente es una imagen (…) cargada de significado, aunque no sepa formular ese significado en términos discursivos…”. Siendo así las cosas, Calvino rescata la visibilidad como valor debido a que cada vez es más rara “la capacidad de enfocar imágenes visuales con los ojos cerrados”, mucho de ello provocado por el bombardeo desmedido de imágenes televisivas.
Pues bien el Sanddornbalance, de Miyoko Shida Rigolo, constituye un magnífico ejemplo no literario de los valores que defiende Calvino. Por un lado la visibilidad omnipresente en internet permite acercarse a una obra donde todo parece físicamente imposible, por otro, la exactitud supone una disciplina y un trabajo duro hasta lograr la "perfección". El Sanddornbalance es el arte de hacer visible por medio de la exactitud fuerzas invisibles como la gravedad transformada en pegamento poderoso, sólo con el equilibrio conseguido entre unas ramas de palma y una pluma.
Trece ramas de palma se superponen sin ningún tipo de ayuda, la gravedad y el equilibrio encontrado son las únicas condiciones aceptadas.
Como el arte Zen nos enseña a equilibrar las piedras más grandes con las piedras más pequeñas, la búsqueda del equilibrio requiere extrema paciencia y humildad, el olvido del paso tiempo, ser consciente de la naturaleza completa del lugar donde se trabaja, el silencio y la concentración. El equilibrio alcanzado parece inferir al cuerpo y a la mente un estado de gracia perfecta.
Sin embargo, al final, cuando se ha completado el trabajo se pone en evidencia lo precario que es el equilibrio creado. La retirada de la pluma será suficiente para romper irremediablemente el sistema de complejos equilibrios alcanzados.
Adrian Gray, Michael Grab, Walter Sieber, Tom Shannon, Kent Avery, Bill Dan, son algunos artistas que trabajan también con el pegamento de la gravedad.
http://www.youtube.com/watch?v=K6rX1AEi57c&list=LLVTnozowqGRthafIm8iByeA&feature=share
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